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Reportatge i opinió

The red pill y la lucha de la perspectiva de género en tiempos modernos

El feminismo está siendo un movimiento en auge que cada vez está más presente en todos los ámbitos de nuestra sociedad, y cuanto más crece más variedad de opiniones y subcorrientes se tejen dentro de ello. El otro día me topé con un documental realizado por Cassie Jaye llamado The red pill (la píldora roja), en el que exponía el nacimiento de un grupo supuestamente contrario al feminismo y que promociona el odio hacia las mujeres: el movimiento por los derechos de los hombres (Men's Rights Movement como MRM). Me picó demasiado la curiosidad para no verlo, ya que siempre he considerado que para mantener una posición y tus valores, antes debes conocer el otro lado ya sea para respaldar tus creencias o para ser más crítico con los prejuicios. Así que decidí emprender el viaje sin saber con qué otra cara de la moneda me podía topar. 

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Ante todo, como hoy en día existen tantas definiciones del feminismo, voy a hacer mi breve explicación de lo que supone el feminismo para mí: un movimiento en el que se deben cuestionar los roles de género de la sociedad para que tanto hombres y mujeres colaboremos en cambiarlo para ser iguales a través de la reeducación y deconstrucción, partiendo de la base de que la mujer es la que está más oprimida (no por el hombre en sí, sino por el tipo de sistema social que se ha construido alrededor).

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Todos los componentes de este grupo afirmaban que nunca han sido escuchados por el hecho de asociarse un movimiento antagónico al feminismo actual, una antítesis que no puede proveer de facto ningún bien a la sociedad. Pero escucharlos por primera vez sin la influencia de los medios o la prensa sensacionalista, me hizo darme cuenta de muchas cosas. El hecho de que los hombres también suponen la otra mitad de la población, tampoco hay que invisibilizar algunas de las desigualdades que se enfrentan sobretodo ante la ley en términos familiares o en factores como el suicidio o muertes por accidentes. ¿El feminismo en teoría también se ocupa de ello? Caí en que algunas situaciones que generaban angustia a los hombres del colectivo de llevar demasiada presión a los hombros o lo poco que se habla de también la violencia doméstica que pueden experimentar en sus vidas, de alguna forma también se adapta en términos del feminismo como masculinidad tóxica. Pero en otras, carecía de perspectiva para abordarlo desde el feminismo. 

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Si bien el feminismo nació para proporcionar a las mujeres una escalera para la igualdad con el sexo masculino, quizás no se tuvo en cuenta algunas pequeñas ataduras del hombre que (en mi opinión) comparados con los problemas en que se enfrenta la mujer son de menos peso, pero no para restarles importancia o ignorarlos. Es decir, el odio hacia un enemigo no es la cuestión. La cuestión es poder abordar la máxima inclusión entre ambos géneros que conviven en una misma realidad y no promover el odio entre sexos, ya que en el documental muestra que las vivencias de los problemas de los hombres también suponen una realidad pero a la vez no pueden negar tampoco la realidad de las mujeres (es decir, no está bien asociar la violencia doméstica sólo a las mujeres como afectadas). Tanto hombres como mujeres son expuestos a peligros de su sexo contrario, pero no se puede negar que en casos mayoritarios las estadísticas se posicionan más al lado de la mujer como sumisa tanto en el constructo social, cultural y religioso. 

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Mi término medio se posiciona en la colaboración de ambos movimientos como mi propia fantasía social. He podido empatizar con los hombres desde otra perspectiva y creo profundamente que los dos movimientos son igual de válidos y necesarios para la sociedad; no se trata de términos opuestos en los cuales uno suprime al otro (porque sino parece que los MRM nieguen la violencia que tantas mujeres han sufrido y viceversa): cada uno lucha por lo suyo desde su perspectiva, aunque sigo considerando que existen terrenos en que se pueden complementar y ganar con más fuerza. Es por eso que aún viendo que la periodista empieza el documental siendo feminista y al final dejándolo de ser, yo sí que me sigo considerándolo. Porque lo que vivimos hoy en día no se trata de una lucha entre sexos, sino de luchas humanitarias que se han agrupado en distintos movimientos. 

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